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jueves, 20 de noviembre de 2008

A los amigos que se van, a los que llegan, a los de siempre

Por qué será que a veces ponemos a prueba la amistad?
Escribo esto para ustedes, para aquellos que veo poco a poco distanciarse. Los veo partir con una sonrisa, emanada de lo decisivo de sus pasos, por lo bello de su andar y por la luminosidad del horizonte al que se dirigen.
Los veo, a alguna la escucho, un abrazo nada más y siento ese dolor molesto creado por tristeza. Tristeza originada por saber que ya no será lo mismo.
Ayer oí que todo cambiaba, que el rumbo, el sol, el mundo y nosotros nos transformamos a cada instante. Recuerdo lo que escribí en este espacio hace algún tiempo y me siento frente a la materialización inminente del cambio. Me veo y pienso en lo mucho que he cambiado, con la vida, con mi familia, con ustedes, quisiera a veces tomar la máquina del tiempo y me doy cuenta que a lo mucho puedo evadirme con un buen cigarro verde. Al regreso, me doy cuenta de que realmente sigo aquí, en el eterno presente. Entonces decido vivirlo, así, como viene, con ese monstruoso cambio.
El sentimiento de tristeza se aminora cuando pienso en la aventura que se viene, se viene sin más, en mí, en ti, por suerte en ambos. Pienso que no se acaba de acoplar mi vida a la tuya, por momentos dudo que podamos hacerlo un día y a veces no estoy segura de querer acoplarme a nada. Han sido tan turbulentos los cambios, tan de repente, que nuestro cambio no sé si quiero seguir transformando mi vida, no por el momento.
Sin embargo aquí estoy, no me niego a lo vivido y no huyo de lo que venga. Solo no me pidas que no tiemble de miedo, déjame vivir mis temores, al cabo ya no me paralizan. No hay futuro, de una vez te lo digo, no lo hay porque no me interesa pensarlo, sólo tengo este instante para ofrecerte, el que le sigue, no sé a quién pueda ofrendarlo.
Cambia, todo cambia, pero amigos míos, mi amor y mi lealtad, incluso mi fidelidad a este sentimiento es inalterable. Todo cambia, alegrémonos por eso, y tómense una botella conmigo que en el último trago nos vamos.

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