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miércoles, 19 de noviembre de 2008

Electroshock

Me gusta el calor de las tardes soleadas, bueno me gustaba, a veces recuerdo las tardes en aquel mirador cuando sobre mi se alzaba una nube de marihuana, también recuerdo aquel clima seco que inundaba mi garganta, cuando todos los arcoiris aparecían frente a mi con colores muertos, sin brillo, pero siempre bellos.
Una de esas tardes descubrí a un perro que volaba sobre cientos de árboles, algunos eran grises, otros eran rojos, pero todos eran feos y todo bajo sus patas era triste, la vida misma estaba muerta.
A veces recuerdo los verdes campos y extraño la casa donde crecí, sobre todo ahora que la extraño siempre cuando en esta realidad lo feo, lo triste, lo amargo, es lo cotidiano. La casa, mi casa, el recuerdo de ella, llega a mi en medio de una luz blanca, y yo, en ese instante no soy triste, no estoy muerta, y puedo correr hacia ella y el clima a mi alrededor es soleado, bello, y todo, hasta esto, mi cuerpo, se vuelve verde.
Pero todo cambio desde aquel tiempo, hoy, estoy encerrada, y la casa, mi casa, esta fuera de todo lo que puedo alcanzar.
Hoy, la música me aturde, hoy todo es negro, triste, con odio. Porque yo aprendí a odiar, odio la vida que me permitió ver el presente que no termina, odio el pasado que nunca vuelve, odio mi casa y su recuerdo, odio el amor que hoy no siento.
Ahora el viento no para de entrar por ese hueco que me une a la vida, la cama en la que estoy me gusta, pues en ella encuentro la calma en medio de este cuarto donde mi cuerpo es detenido.
Ahora que todo es triste descubrí que me fascina el llanto, ahora, que conozco la vida me gustaría dejar de sentirla y ver, estar ahí, en medio del vacío, ahí donde el auto se quema, ahí donde tu recuerdo podría aparecer ¡ojala estuvieras aquí!
Pero hoy, ahora, no quiero volver a la vida de antes, no puedo, pero no se a donde estoy, y hablo con tu recuerdo y le digo ¿dime donde estas, dime a donde voy?
Hoy, el calor de las tardes soleadas me quema, esta más caliente que nunca, como la cama, esta cama donde descansa mi cuerpo y en la que cada shock termina con mis recuerdos, aquellos recuerdos donde todo esta verde, en los que tú, que eres un recuerdo necio, no me decía lo que soy.

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