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martes, 22 de noviembre de 2016

Es la historia de un amor

Quince, dieciséis años. Da igual. Aún recuerdo tú cabello alborotado y tu cuerpo delgado, tú locura evidente y esa atracción inevitable. No fuiste un amor razonado y sereno. La pasión se me desbordaba desde el principio, llenaste cada minuto de mi vida, cada rincón de mis espacios, lo invadiste todo. Con tan poca edad, era inevitable que nos quisieran poner un alto. Lo intentaron, huimos. Salí de esa vida que no me daba nada, a la aventura, a la nada. Debo confesar que al principio me sentía feliz, protegida, en casa. Pero el piso era pequeño y pronto caí al vacío y salí con el alma fracturada. Al poco tiempo estando contigo, la soledad dolía a cada minuto, y sin embargo,el amor que te tenía se materializó. Entonces supe, que ya no sólo eramos tú y yo, eramos tres personas con vínculos inamovibles. La vida por si sola es complicada y a esa edad lo es más. Yo necesitaba ayuda y no la iba a encontrar a tú lado, regresé a mi hogar, esperando se crearan las condiciones para estar juntos de nuevo. Eso nunca ocurrió y el lazo entre nosotros se rompió. Aún recuerdo el tener a nuestro bebé en brazos, mientras te miraba caminar de la mano de esa chica. Aún lo recuerdo, aún me duele. Y escenas similares se repitieron una y otra y otra vez. Y regresabas a mi vida y a mi cama cada vez que se te antojaba, y te ibas, cada vez que encontrabas a alguien mejor. Te vi caminar lejos de mi tantas veces, que el amor se me acabó. Me quedó una amistad sincera, que dejaba una pequeña rendija abierta por si un día decidías volver. No lo hiciste, la vida en común se lleno de lágrimas, de reproches, de odio. Sólo atiné a poner tierra de por medio. Las heridas sanaron poco a poco en brazos de alguien muy parecido a ti. La diferencia, él me necesitaba más que yo a él. Lo cuidé, lo amé, y él me regresó la vida, pero no el amor. Hoy vuelves otra vez. Decidiste que yo era digna de tú amor. Muchas palabras que siempre soñé salieron de tu boca. Lamentablemente, el amor se me ha muerto. Han sido días difíciles. La paz que tenía se ha revuelto y ahora todo está puesto en una balanza. Que si vale la pena intentarlo una vez más? Que si nos la merecemos? Claro que me la merezco, claro que la quiero. Pero el amor se basa en la confianza, en el creer en el otro, en el no tener heridas. Mi amor está tan roto que de verdad sólo siento enojo e indignación. Te diría si, vamos a tirarnos al vacío una vez más. Pero la verdad yo llevaría paracaídas, siempre estaría esperando tú partida, o que encuentres a alguien que consideres la mejor para ti. Y eso, eso es algo que no puedo volver a permitirme. Me quedo esperando ver el odio otra vez en tus ojos, el reproche y la critica salir de tu boca, sólo para corroborar que ese amor se murió por completo. Eres el amor de mi vida, pero hace tiempo ese amor se murió. Y hasta dónde sé, los muertos no reviven, ni con flores, ni con besos.