Hoy te escribo, porque sé que nunca podras leerme, te escribo porque la noche me trajo tu recuerdo, porque el destino trajo un homonimo tuyo y desee que fueras tú. Tu nombre, tu rostro y tu talento, pero no eras tú, fué , tal vez, solo un espejismo.
Te escribo porque te extraño, porque a pesar de los años que han pasado, tu ausencia me sigue pesando. Te escribo porque estraño la música que salia de tí y extraño tú palabra, y tú sonrisa y todo eso que no nos permitimos, por ser congruentes y honestos.
En medio de la música y del baile, apareciste tú otra vez, como hace años y yo sentí que debí haber corrido a tu lado, dejar que la amapolita te llenara y te volviera loco, pero el destino me devolvio, a esa noche donde te encontre, bailando, justo como hoy, la noche y el baile me traen tú recuerdo.Al final, parece que la amapola tiene como destino vivir sola.
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