Los años pasan, las sombras se transforman y tu esencia de niño, de hombre, de loco, persiste. Y aquí sigo, ya sin nada que dar y sin mucho que decir, pero aquí sigo, leal al más hermoso de los recuerdos y a las promesas que un día me llevaré a la tumba.
Aquí sigo, a tu lado, a pesar de todo, incluso de nosotros mismos, y por momentos, en algunos instantes, me doy cuenta que tú, tú también sigues a mi lado.
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